Bodegas de Argentina: entusiasmo por la cosecha y la desregulación

Sin la presencia del presidente Javier Milei, el tradicional agasajo de la vendimia se vivió con entusiasmo y expectativas por lo que viene pese a que admitieron que el año no será sencillo.

El sábado 8 de marzo se realizó el tradicional agasajo de Bodegas de Argentina (BA) por la vendimia. En un espacio Arizu plagado de referentes del sector que, aunque se quedaron con gusto a poco por el faltazo del presidente de Javier Milei, se atrevieron a festejar. Aunque aseguraron que el año no será sencillo, la estabilización macroeconómica y algunos anuncios en pos de la desregulación del sector fueron celebrados por la mayoría.  Con la presencia de unas 600 personas del ámbito vitivinícola, empresarial y político los discursos estuvieron a cargo del presidente de Bodegas de Argentina, Walter Bressia. También hablaron el titular de ARCA, Juan Pazo y  el gobernador de Mendoza, Alfredo Cornejo y el intendente de Godoy Cruz, Diego Costarelli.

Durante el almuerzo, Cornejo anunció la creación de la Dirección Regional Aduanera Cuyo que es el regreso de la entidad a Mendoza donde funcionaba hasta 2016. También se anticipó que eliminarían la tasa estadística, pero de esto aún no se han dado precisiones. Esto se suma al impulso desregulador que solicita Bodegas de Argentina desde hace tiempo y que se ven en la flexibilización de diversas resoluciones del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV). En esta línea, los consultados también celebraron la promesa de realizar vinificación diferida para la cosecha 2026 debido a que, aseguraron, dará mayores posibilidades de movimiento a los bodegueros.

Con relación a la cosecha, Walter Bressia expresó que el año viene bien y que habrá mayor producción que en 2024. “Tenemos cantidad y, sobre todo, muy buena calidad”, destacó el presidente de BA, satisfecho por el buen año vitivinícola que se viene.  El bodeguero agregó que esperan que el mercado externo se recupere de a poco de la mano de la estabilidad económica, la menor inflación y el tipo de cambio estable. “Esto nos ha permitido recuperar competitividad”, comentó Bressia quien observó que las exportaciones se activarán de a poco, tal vez antes que el mercado interno.

“La verdad que dentro del país teníamos expectativa de una mayor reactivación en la segunda mitad el año, pero no se concretó esa respuesta en el consumo”, dijo el referente de Bodegas de Argentina. Sumó que pese al reacomodamiento de precios aún en danza, esperan que el sector no pierda peso dentro del segmento de bebidas debido a que los privados han realizado un gran esfuerzo en este sentido. Durante su discurso en el almuerzo, Bresia sintetizó: “Pasamos de trabajar en el día a día de lo posible a la mirada esperanzadora del mediano plazo”.  Agregó: “También es cierto que las ventas no llegaron, el crecimiento está estancado y seguimos adelante con la resiliencia que nos caracteriza”.

Pese a esto, el último informe del Ieral de la Fundación Mediterránea sobre el sector vitivinícola, expresó que para 2025, se espera una mayor cosecha (9%), con stocks vínicos que no son bajos. En cuanto a los mercados, el externo estaría “complicado” con un dólar barato mientras que en el interno podría verse una recuperación del poder de compra de la población argentina. “Se podrá incrementar las ventas en ese mercado, aunque con menores precios. En este contexto, el valor de las uvas se rezagarían aún más con respecto a la inflación”, subrayó el informe del Ieral.

Impulso desregulador

Durante el discurso del almuerzo, por otra parte,  Walter Bressia, destacó que esta vendimia la vitivinicultura se encuentra en el centro de la escena nacional y provincial. “A una de las industrias más controladas y reguladas del país, parecen llegarle poco a poco los esperados y tantas veces reclamados cambios que hacemos desde este atril”, destacó Bressia.

En este contexto describió que las preferencias de los consumidores y la innovación de otras bebidas corren a una velocidad que supera la propia capacidad transformadora del sector. “Es tiempo de cambios profundos para una nueva vitivinicultura argentina, moderna, competitiva, con menos regulaciones, menor intervención estatal, menor burocracia, mayor libertad para realizar negocios y previsible”, profundizó Bressia en su discurso.

Tanto el presidente de Bodegas de Argentina como la mayoría de los bodegueros asistentes apoyaron la idea de la vinificación diferida. Es decir la posibilidad de realizar el mosto y, luego, en función de las necesidades, elaborar uno u otro vino. Esto, según explicó Bressia, no solo otorga un mejor margen de maniobra sino la posibilidad de hacer vinos frescos y frutados que es lo que demanda el mercado.