Cuál es el “modus operandi” de Iberte, ex socia de Fecovita, que pone en riesgo a otras compañías.
La firma se asoció a la federación vitivinícola y luego inició acciones legales, tanto comerciales como penales, que después de dos años aún no se resuelven. Ha hecho lo mismo con otras empresas y sigue buscando posibles socios.
Durante la pandemia, la empresa Iberte, propiedad de un español, pero radicada en Eslovaquia, se acercó a la Federación de Cooperativas Vitivinícolas Argentinas para ofrecerle un negocio de exportación. Se asociaron y crearon Evisa. Dos años después, la sociedad se disolvió y comenzaron las acciones legales, inicialmente por una supuesta deuda. Sin embargo, Fecovita no ha sido la única con la que adoptó este mismo proceder.
El abogado de la federación, Eduardo Gerome, señaló que, lamentablemente, Iberte sigue haciendo negocios con otras empresas, que son víctimas de idéntico proceder: se acercan a una compañía con el ofrecimiento de vender sus productos en el exterior y luego comienzan los conflictos.
Indicó que empresas del rubro vitivinícola, como Distribuidora San Juan, en la vecina provincia, y Bodega Galán, en Mendoza, también están enfrentando interminables acciones judiciales. Sin embargo, sumó que ahora han ingresado al rubro minería y ya están teniendo problemas con la minera Gualcamayo, con la que se asociaron en Aisa, para supuestamente invertir en San Juan y en Mendoza.
“No vienen a hacer negocios verdaderos, sino a tratar de boicotear a las empresas con las que se asocian, para obtener un beneficio. Y esto no le hace bien a Mendoza ni a Cuyo, porque esta gente no tiene escrúpulos”, comentó el abogado.
Dos años de conflicto
Gerome recordó que Iberte, propiedad del español Juan José Retamero, ofreció a Fecovita, durante la pandemia, vender sus productos en el exterior. Empezaron a exportar vino y mosto a Europa, pero la federación recibió los pagos al principio y después ya no. El abogado resaltó que la compañía española no sólo vendía y no pagaba, sino que después se descubrió que la compra de mercadería había sido realizada por una firma distinta de la que hacían figurar. Por estas diferencias, se disolvió la sociedad.
Si bien Fecovita era la que tenía un crédito a favor, por el producto enviado y no pagado, Iberte planteó que ellos eran los damnificados. El abogado subrayó que, cuando se produce un conflicto de esta naturaleza, lo habitual es que se recurra a la Justicia comercial, para que dirima la cuestión.
Pero Guillermo García, representante de la empresa española en Mendoza (y ex director del Instituto Nacional de Vitivinicultura), también presentó un pedido de quiebra de Fecovita, algo que podría afectar a los más de 5 mil asociados. “No es de una familia o de un grupo empresario, sino de productores que elaboran vino y son los damnificados en todo esto”, planteó.
El pedido de quiebra fue realizado en más de una ocasión, pero no se le concedió. Entonces, iniciaron causas penales contra los directivos de la federación, solicitando la detención (a lo que tampoco se hizo lugar) y que se les prohibiera salir del país. Esto último sí fue avalado por un fiscal, pero cuando Fecovita recurrió a la jueza, se levantó la prohibición, porque consideró que estaba fuera de lugar.
“Todas estas medidas atienden a tratar de que se les pague lo que no se les debe y que los productores de Fecovita, que no conocen de juicios, se asusten y retiren su apoyo a los directivos. Afortunadamente, nunca se dio, porque tienen plena confianza en sus representantes”, señaló.
Pero esto no implica que el conflicto haya sido resuelto. Lejos de eso, Iberte sigue buscando nuevas vías para “doblegar la resistencia de Fecovita” y, pese a que ninguna de las medidas “ha tomado vuelo”, obliga a la federación a estar acudiendo en forma permanente a la Justicia y también le ha traído dificultades administrativas, como el no haber podido acceder a créditos del Banco Nación (aún no se resuelve esto), o problemas en el INV.
En cuanto al reclamo, Gerome indicó que las sumas que Iberte pide representan un porcentaje mínimo de lo que factura Fecovita. De ahí que el planteo recurrente de los balances falsos pierde fuerza cuando se entiende que la presunta deuda significa unos cuatro días de facturación y por eso no se incluye en el balance anual. En este sentido, consideró que no están reclamando tanto un importe, como buscando apoderarse de la entidad, ya que también han solicitado la intervención.
Por qué representa un riesgo
El abogado de Fecovita mencionó que “realmente es innumerable la cantidad de cosas que piden para obstaculizar, haciendo denuncias penales, alejándose por completo de los objetivos de una empresa, que sólo podría recurrir a la Justicia para cobrar una deuda”.
Por otra parte, han ido utilizando diferentes artilugios, como presentar un informe de un contador reconocido, que les sirvió para sustentar la causa penal contra los directivos de Fecovita, cuando ese profesional, que sostuvo que el balance de la federación era falso, reconoció que fue pagado por Iberte para realizar ese dictamen. Además, no se le permitió a la federación vitivinícola dar explicaciones antes de realizar la imputación.
Después de dos años de conflicto sostenido, una de las causas comerciales se archivó y también un pedido de quiebra, mientras el otro no ha tenido movimiento; en cuanto a la causa penal, se acaba de realizar una pericia contable. Sin embargo, también hay causas abiertas contra Iberte: la fiscalía los imputó por las maniobras realizadas, ya que se ha comprobado que son falsos muchos de los planteos.
“Si bien ha bajado el nivel de aceptación que tienen en la Justicia, lamentablemente, no ha terminado esto. Es el peor negocio que ha realizado Fecovita”, lanzó Gerome. El letrado consideró que habría que emitir una alerta pública a todas las empresas de Mendoza y San Juan, para que estén al tanto si los llegan a contactar del grupo presidido por Juan José Retamero y Guillermo García y tengan extremo cuidado.
Es que, con el tiempo, descubrieron que el domicilio que figura como sede social de Iberte, en Eslovaquia, era un lugar abandonado, en donde ahora funciona un local bailable, y que Retamero tiene pasaportes de cinco países.
Y si bien han creado Aisa, en conjunto con una minera de San Juan, y aseguran que vienen a invertir en el sector, aún no han ingresado dinero al país. “Entonces, ¿de qué inversiones estamos hablando?”, planteó el abogado. Esto lo lleva a pensar que se está preparando la misma situación “para los eventuales incautos”.