Cuáles son los desafíos que enfrenta el cultivo de tomate industria en Mendoza
Después de una temporada récord en cuanto a producción, el sector se prepara para una en la que se deberá avanzar en la eficiencia en el uso de los recursos.
La producción de tomate industria en todo el país alcanzó un récord la temporada pasada, lo que permitió abastecer el mercado interno sin necesidad de importar producto para la industria. En Mendoza, en particular, se trató de una cosecha promedio. Sin embargo, este año se presenta desafiante y desde el sector entienden que es fundamental seguir mejorando el riego y la eficiencia, para incrementar la productividad.
El ingeniero agrónomo Cosme Argerich, del INTA La Consulta y asesor de la Asociación Tomate 2000, comentó que en 2024 se alcanzó la producción máxima que se ha obtenido en los últimos años y se elevó un poco el récord que se había marcado dos temporadas atrás. Esto, al satisfacer la demanda interna, de 630 millones de kilos.
El Instituto de Desarrollo Rural (IDR) detalla en un informe que, habitualmente, la producción nacional de tomate industria está muy por debajo de la demanda interna y que se importa desde Chile e Italia, lo que evidencia las oportunidades de expansión para lograr el autoabastecimiento. Es que en Argentina se consumen al año unos 650 millones de kilos de tomate para industria y, en una temporada normal, la cosecha local alcanza los 450 millones de kilos, una brecha del más del 40%.
Las principales productoras de tomate industria son las provincias de Mendoza y San Juan (la región cuyana concentra el 80% de la producción del país) y le siguen La Rioja, Salta y Jujuy (NOA), Corrientes y Formosa (NEA), Río Negro y Buenos Aires.

Argerich aclara que, si bien la pasada fue una temporada récord, el mayor volumen se produce en San Juan y en 2022-2023 los cultivos sanjuaninos habían tenido muchos problemas por el clima, mientras en 2023-2024 las condiciones fueron más benignas. En Mendoza, en cambio, la cosecha fue similar a la del año pasado.
Guillermo San Martín, gerente de la Asociación Tomate 2000 (que reúne a productores, industriales, investigadores y los Gobiernos de Mendoza y San Juan), resaltó que fue una buena temporada, ya que la principal inclemencia para este cultivo es el granizo, que no causó tanta afectación como otros años, aunque hubo un par de tormentas, que provocaron daños en el Valle de Uco y la zona Norte-Este de la provincia.
Sí hubo algunas dificultades con el viento Zonda y las altas temperaturas, que no sólo se dieron durante el día, sino que se mantuvieron por encima de lo normal también en la noche. Estas olas de calor generaron la aparición inusual de ciertas plagas de lepidópteros, como la polilla del tomate o la mosca blanca, y causaron algunos problemas de madurez, pero resaltó que se trató de casos aislados y no algo generalizado.
Esto permitió que se recuperaran los rendimientos tradicionales, de 75 a 80 toneladas por hectárea por parte de los productores de la asociación en Mendoza y La Rioja, y de 90 a 95 por hectárea en San Juan. Lo que implicó haber alcanzado la meta del autoabastecimiento.
Próxima temporada
Ya con miras en la próxima plantación, que inicia en octubre, San Martín comentó que esperan que la superficie se mantenga. Pero señaló que tanto los productores como las industrias y los técnicos enfrentan profundos desafíos, vinculados con la situación macroeconómica, que obliga a incrementar la eficiencia y la competitividad, ya que no hay margen para error en la gestión de los costos.
“Todavía hay muchos insumos dolarizados, que subieron de precio en los últimos meses del año pasado y no han bajado”, planteó. Sumó que entienden que hay también especulación por parte de los proveedores, por lo que, de no retrotraer los valores a otros más acordes a los internacionales, deberán buscar alternativas de provisión.
Por otra parte, también se debe enfrentar la próxima temporada con un sinceramiento tarifario, que implica aumento del precio de la energía eléctrica (para el riego) y del gas (para las industrias), como también del combustible, lo que va a quitar margen de ganancias al sector. “Más que nunca vamos a tener que trabajar en maximizar los beneficios y buscar alta producción en kilos al menor costo posible, porque hay que usar los recursos con mucha precisión y racionalidad”, expresó.
Para acompañar esto, desde la Asociación Tomate 2000 se están preparando para mejorar los servicios agronómicos, con la incorporación del servicio de monitoreo de plagas y enfermedades, y alertas tempranas, que permitirán hacer un control más eficiente para combatirlas.
Argerich añadió que se debe demostrar a las industrias que tienen un alto nivel de exigencia que se realiza agricultura regenerativa, sustentable, y que es algo en lo que se está poniendo mucho énfasis desde la entidad y en lo que se está avanzado lentamente: la sustentabilidad del cultivo, el uso de abonos verdes, el cuidado de la biodiversidad.
Riego
El ingeniero agrónomo señaló que Mendoza no tiene los mismos rendimientos que San Juan, porque muchos cultivos mantienen el riego por surcos, mientras en la vecina provincia el 100% es por goteo. “Hay mucho por mejorar en cuestiones de riego”, lanzó y detalló que hay una diferencia en la productividad de 20 toneladas por hectárea y que eso responde al modo en que se riega, ya que hay productores mendocinos con excelentes rindes, lo que confirma que no responde a una cuestión climática.

San Martín indicó que tienen pensado armar equipos técnicos que brinden el servicio de evaluación del funcionamiento de los sistemas de riego por goteo, ya que han detectado que, pese a haber una buena adopción en los cultivos de tomate industria, muchos no están operando con el nivel de eficiencia que podrían alcanzar. Esto, en la misma línea de acompañar al productor en un manejo muy racional de todos los recursos.
Cuáles son los desafíos que enfrenta el cultivo de tomate industria en Mendoza
Después de una temporada récord en cuanto a producción, el sector se prepara para una en la que se deberá avanzar en la eficiencia en el uso de los recursos.
La producción de tomate industria en todo el país alcanzó un récord la temporada pasada, lo que permitió abastecer el mercado interno sin necesidad de importar producto para la industria. En Mendoza, en particular, se trató de una cosecha promedio. Sin embargo, este año se presenta desafiante y desde el sector entienden que es fundamental seguir mejorando el riego y la eficiencia, para incrementar la productividad.
Guillermo San Martín, gerente de la Asociación Tomate 2000 (que reúne a productores, industriales, investigadores y los Gobiernos de Mendoza y San Juan), planteó que tanto los productores como las industrias y los técnicos enfrentan profundos desafíos, vinculados con la situación macroeconómica, que obliga a incrementar la eficiencia y la competitividad, ya que no hay margen para error en la gestión de los costos.
“Todavía hay muchos insumos dolarizados, que subieron de precio en los últimos meses del año pasado y no han bajado”, planteó. Por otra parte, también se debe enfrentar la próxima temporada con un sinceramiento tarifario, que implica aumento del precio de la energía eléctrica (para el riego) y del gas (para las industrias), como también del combustible, lo que va a quitar margen de ganancias al sector.
“Más que nunca vamos a tener que trabajar en maximizar los beneficios y buscar alta producción en kilos al menor costo posible, porque hay que usar los recursos con mucha precisión y racionalidad”, expresó.
Desde la entidad tienen pensado ofrecer a sus asociados el servicio de monitoreo de plagas y enfermedades, y alertas tempranas, que permitirán hacer un control más eficiente para combatirlas. Como también armar equipos técnicos que evalúen el funcionamiento de los sistemas de riego por goteo, ya que han detectado que, pese a haber una buena adopción en los cultivos de tomate industria, muchos no están operando con el nivel de eficiencia que podrían alcanzar.
La cosecha de tomate industria alcanzó un récord este año
Si bien normalmente las industrias tienen que importar pasta de tomate, se logró abastecer esta demanda con la producción local.
El Instituto de Desarrollo Rural (IDR) detalla en un informe que, habitualmente, la producción nacional de tomate industria está muy por debajo de la demanda interna y que se importa desde Chile e Italia. Es que en Argentina se consumen al año unos 650 millones de kilos de tomate para industria y, en una temporada normal, la cosecha local alcanza los 450 millones de kilos.
Sin embargo, este año, explica el ingeniero agrónomo Cosme Argerich, del INTA La Consulta y asesor de la Asociación Tomate 2000, se alcanzó la producción máxima que se ha obtenido en los últimos años y se elevó un poco el récord que se había marcado dos temporadas atrás. Esto, al satisfacer la demanda interna con 630 millones de kilos. Pero aclaró que el mayor volumen se produce en San Juan y que en Mendoza, en cambio, la cosecha fue similar a la de 2023.
Guillermo San Martín, gerente de la Asociación Tomate 2000 (que reúne a productores, industriales, investigadores y los Gobiernos de Mendoza y San Juan), resaltó que fue una buena temporada, ya que la principal inclemencia para este cultivo es el granizo, que no causó tanta afectación como otros años, aunque hubo un par de tormentas, que provocaron daños en el Valle de Uco y la zona Norte-Este de la provincia.
Sí hubo algunas dificultades con el viento Zonda y las altas temperaturas. Estas olas de calor generaron la aparición inusual de ciertas plagas de lepidópteros, como la polilla del tomate o la mosca blanca, y causaron algunos problemas de madurez, pero resaltó que se trató de casos aislados. Esto permitió que se recuperaran los rendimientos tradicionales y que se alcanzara la meta del autoabastecimiento.