Género: las mujeres todavía están muy lejos de los puestos de liderazgo
Pese a que se ha avanzado mucho con diversas políticas, el género femenino corre muy de atrás desventajas a la hora de llegar a cargos jerárquicos altos. Causas y datos concretos.
Los cambios culturales demoran mucho tiempo y en el Día de la Mujer es interesante realizar un repaso sobre cómo están las compañías con relación a este tema. Mientras la diferencia salarial todavía se mantiene en función de distintos rangos y mediciones, el acceso a los cargos jerárquicos o de rango ejecutivo (C-Level) todavía es más que complejo para el género femenino. En este marco, hay diversos estudios que muestran que –más allá de la marcha de la economía y del acceso de las mujeres a nuevas áreas de trabajo tradicionalmente masculinizadas, todavía existe una fuerte diferencia para ellas en comparación con los varones.
En este marco, Randstad, una compañía de talento líder a nivel global realizó un informe junto con Human inLAB, socio estratégico de las organizaciones para la construcción de culturas diversas. Los resultados de este informe reflejaron que el 84% de las personas que trabaja en una empresa asocia los puestos de liderazgo con el género masculino y los puestos de colaboración con el femenino. El análisis también mostró que el mismo porcentaje asocia implícitamente palabras como pragmatismo, firmeza y éxito como cualidades de liderazgo con el género masculino.
En tanto, competencias como colaboración, empatía e inclusión están ligadas al mundo de lo femenino y cargos de asistencia y colaboración. Solo el 3% de los consultados no asociaron con un género, cargos y comportamientos. El resto de los encuestados, por otra parte, realizó una relación inversa, es decir que el 12,5% unió el C-Level (término que se utiliza para referirse a los cargos ejecutivos de mayor rango en una empresa) con lo femenino y colaborador con lo masculino. En línea, María Paz Gómez, licenciada en Recursos Humanos y cofundadora de Pizca Relaciones Más Humanas, puntualizó que los porcentajes de liderazgo femenino son muy bajos y que, por otra parte, los modelos predominantes poseen características masculinas.
Esto se condice con otro estudio que también Ranstand realizó en la última semana por motivo del Día Internacional de la Mujer. Los resultados de esta encuesta en la que participaron de manera online 3.504 personas, mostraron que el 65% de los trabajadores argentinos tiene un jefe hombre, a pesar de que el 55% de los encuestados sostiene que su empleador cuenta en la actualidad con políticas de equidad de género. Desde la consultora afirmaron que la comparación de estos resultados con relevamientos de años anteriores enciende una luz de alarma.
Es que si bien se ha incrementado el número de compañías que poseen políticas de equidad de género en 7 puntos porcentuales respecto de la medición de 2023, no se ha logrado un avance significativo en la paridad de género. Esto, continúa el mencionado estudio, “habida cuenta de que el número de trabajadores que refiere tener un jefe varón se ha reducido apenas 2 puntos porcentuales en estos 2 años”. Es decir que se deja en evidencia el largo camino que falta por andar en materia de equidad e igualdad en nuestro país.
Datos alarmantes
Andrea Ávila, CEO de Randstad para Argentina, Chile y Uruguay, señaló: «Si bien cada vez más organizaciones vienen avanzando en la implementación de políticas de equidad de género, los datos muestran que aún persisten barreras estructurales que dificultan el acceso de las mujeres a posiciones de liderazgo”. La ejecutiva agregó que la equidad no se trata solo de intenciones, políticas o normativas sino de un abordaje integral que contemple también los cambios culturales profundos que se requieren para transformar la realidad del mundo laboral. “Frente a un contexto geopolítico que pareciera poner en duda la necesidad de este tipo de iniciativas, es fundamental que las empresas promuevan oportunidades reales de crecimiento y desarrollo profesional para las mujeres”, sumó Ávila.
Debido a que son cambios que llevan tiempo, es importante cerrar la brecha que aún existe en los niveles jerárquicos más altos debido a que, en función de las encuestas, la evidencia indica que una mayor diversidad mejora los resultados de las organizaciones. Sobre este punto, María Paz Gómez rescató otra encuesta realizada por Auren Argentina en la que se observó que hay 30% de participación femenina en distintos roles directivos. “Sin embargo, si uno ahonda en los números, puede ver que menos del 10% son socias o propietarias y solo el 3% ocupa cargos de CEO y presidentas”, precisó la profesional.
La directora de Pizca coincidió con Ávila en que son datos “alarmantes” y que en Mendoza se refleja la misma situación relatada a nivel nacional. “Hay un liderazgo femenino, pero en la proporción de lo macro es muy bajo”, destacó Gómez al tiempo que observó que hay distintos puntos que obstaculizan el avance de las mujeres en los cargos de alto rango. Entre otros, que existe una suerte de generación perdida ya que los actuales dueños de empresas son más 40 o 50 y no hubo aquí mujeres que estuvieran al frente. Por otra parte, el tres por ciento mencionado han abrazdo en general modelos masculinos de gestión debido a que es lo culturalmente aprobado.
De este modo, las líderes actuales no ejercen una jefatura desde sus propias características femeninas sino que lo hacen desde performances más duras o autoritarias. De este modo, puede haber una mujer al frente con modos masculinos de gestionar. “Las mujeres que emprenden sus propios negocios y tienen éxito se ven más tareas culturalmente asociadas a lo femenino como cuidado, sanidad o educación en donde se observa mayor presencia de liderazgos femeninos”, apuntó Gómez.
Esta situación se contradice con las preferencias de los trabajadores ya que, según el último estudio de Randstad el 94% de los consultados indicó que prefiere trabajar en un equipo en donde haya diversidad de género y el 92% subrayó como positivo que su empleador cuente con políticas para mejorar la diversidad dentro de la organización. Asimismo, el 85% afirmó que los equipos de trabajo en los que se expresa la diversidad de género alcanzan mejores resultados. Más allá del avance en políticas de género, en el Día de la Mujer todavía resta mucho por hacer en el contexto corporativo pese a las tendencias en gestión de personas que promueven la inclusión y la diversidad de género.