La ganadería mendocina busca consolidar su crecimiento y reclama mayor infraestructura

Con precios más competitivos, genética en alza y mejores indicadores productivos, el sector ganadero de Mendoza avanza hacia una mayor integración con el mercado nacional. 

La actividad ganadera en Mendoza atraviesa un momento de relativa estabilidad y crecimiento, impulsado por una mejora en los precios de la hacienda y una creciente integración con los estándares productivos del resto del país. Así lo planteó Agustín Fernández, presidente de la específica de Ganadería de la Cámara de Comercio de General Alvear, en el marco de la reciente Fiesta de la Ganadería del Sur Mendocino, evento que año tras año se consolida como vidriera del potencial local.

“No voy a decir que es el mejor momento, pero sí uno bueno o aceptable”, resumió Fernández, al referirse al panorama general del sector. Señaló que uno de los aspectos más relevantes es la mejora en la relación de la hacienda respecto al dólar, que planteó se ubica hoy en niveles históricamente altos; algo que no había ocurrido en los últimos períodos.

Según el dirigente, este contexto favorece al productor, ya que permite comercializar con mayor competitividad. “La hacienda tuvo algún aumento en su valor y si analizamos la actividad desde esa óptica, podríamos decir que estamos en un escenario alentador”, explicó.

Calidad genética y precios a nivel nacional

Respecto de la situación específica en Mendoza, Fernández destacó un avance sostenido, aunque con pasos más cortos de lo que desearían los ganaderos del Sur provincial. Subrayó que la calidad de la hacienda local ha mejorado de manera notable, lo que se refleja en las exposiciones, remates y juras. “La ganadería mendocina se está poniendo al mismo nivel que la del resto del país, especialmente si nos comparamos con la del centro de Argentina”, afirmó.

Aseguró que ya no existen diferencias tan marcadas entre los precios que se obtienen en los remates mendocinos y los que se logran en otras provincias, como solía ocurrir en el pasado. Citó como ejemplo un lote de su empresa familiar que fue apertura de remate en la exposición de Angus de Otoño, realizada en Palermo por la firma Mondino. “Eso marca una tendencia: el mercado se igualó en condiciones y la hacienda mendocina puede competir en igualdad de condiciones”, expresó.

Esto, añadió, no solo beneficia a quienes participan de remates televisados o eventos de alcance nacional, sino que también arrastra al resto del mercado local, generando una mejora generalizada.

Producción en alza, faena limitada

A pesar de estos avances, Fernández admitió que persisten desafíos estructurales importantes, especialmente en lo que hace al abastecimiento de carne dentro de la provincia. Explicó que, aunque ha crecido la cantidad de kilos producidos, Mendoza todavía depende en gran medida del ingreso de animales para faena provenientes de otras provincias.

“Aún seguimos en el 15% del abastecimiento de carne para faena”, señaló, al referirse al bajo porcentaje de animales nacidos, criados y faenados en territorio mendocino. La falta de infraestructura para la faena de novillos y vaquillonas sigue siendo uno de los principales cuellos de botella.

Plan de destete y apoyo institucional

En cuanto a las políticas de fomento, Fernández valoró el trabajo conjunto entre las cámaras y la Dirección de Ganadería de la provincia. Indicó que se está haciendo un esfuerzo por incrementar la producción en Mendoza y mencionó el plan de destete precoz como una de las herramientas clave para alcanzar ese objetivo.

“El plan no solo busca mejorar los índices productivos aplicando la técnica del destete precoz, sino también aumentar la cantidad de kilos que el productor termina comercializando al final de la cadena”, explicó. Con el fomento económico que se suma a esta técnica, un ternero que antes se vendía con 100 o 120 kilos puede llegar a 150 kilos o más, lo que representa un salto significativo en la rentabilidad del sistema.

No obstante, cuestionó que este plan siga funcionando como una herramienta ocasional, sujeta a decisiones coyunturales. “Lo que estamos pidiendo es que ese plan se estipule como parte del presupuesto provincial, que sea algo permanente”, sostuvo. Fernández insistió en que la continuidad es clave para que la mejora sea sostenida y se traduzca en un verdadero impacto en los indicadores productivos. “Si lo hacemos una vez cada cinco años, no va a ser significativo”, advirtió.

Infraestructura: el punto más crítico

Más allá de los avances productivos, Fernández fue enfático al señalar que las falencias de infraestructura siguen siendo un desafío para la actividad ganadera mendocina. El reclamo más frecuente, dijo, es el mal estado de los caminos rurales. “Si bien ha habido más trabajos y predisposición, no están al nivel que el sector necesita”, señaló.

También mencionó el acueducto ganadero Bowen–Canalejas, que ya lleva varios años funcionando pero que, según explicó, ha quedado chico ante el aumento de la demanda. “Realmente se necesita una reestructuración de ese acueducto”, reclamó, y lo comparó con el nuevo acueducto Montecomán–La Paz, cuya planificación consideró más adecuada a las necesidades actuales.

En este punto, remarcó que el abastecimiento de agua y la conectividad vial no son cuestiones menores: son la base para que el productor pueda sostener la producción y proyectar inversiones.

La ganadería mendocina sigue avanzando en la meta de dejar de ser una provincia en la que se realiza mayoritariamente cría en las zonas de secano y los animales son enviados a otros lugares para recría y engorde. Para lograr avanzar en la terminación del ciclo en Mendoza, se han destinado tierras con derecho a riego al cultivo de pasturas y se han construido feedlots. El desafío sigue siendo abastecer un mayor porcentaje de la demanda local de carne bovina. Fernández resume: “Siempre estamos buscando tratar de mejorar”.