Las exportaciones de vino repuntaron en junio, pero el semestre cerró con números en rojo
En el sexto mes de 2025, las ventas al exterior de vinos mostraron un crecimiento interanual del 30,2% en volumen, pero en el acumulado de enero a junio, retrocedieron un 2,7%.
El mercado externo de vinos dio señales alentadoras en junio, con un notable incremento del 30,2% en el volumen exportado respecto al mismo mes del año anterior. Según datos provisorios del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV), se despacharon 157.460 hectolitros frente a los 120.943 de junio de 2024. En términos de valor FOB, la mejora fue del 18,2%, alcanzando los US$ 54,8 millones.
El crecimiento estuvo impulsado principalmente por el vino a granel, que aumentó un 48,2% en volumen, pero también por el vino fraccionado, que creció un 25,8%. Dentro de este último, el tetra brik se destacó con una suba interanual del 570,4%, y la botella mostró un incremento del 20,9%.
En cuanto al tipo de vino, los genéricos tuvieron una recuperación de 43,4% (aunque sólo representan el 12,8% del total de vino exportado). Los varietales, en tanto, que tienen una participación del 84,8%, aumentaron un 27,6%. Y los espumosos treparon 67,7% con respecto a junio del año pasado.
El valor FOB de las exportaciones aumentó un 18,2% en promedio en la comparación interanual, con un repunte del 59,8% en los vinos espumosos y de 17% tanto para los genéricos como los varietales.
El mosto concentrado también tuvo un mejor comportamiento, con un incremento en las ventas al exterior del 8,1% en volumen (toneladas) y una suba del valor FOB del 4,1%.
El primer semestre
Desde el sector vitivinícola siempre señalan que las estadísticas mensuales ofrecen un dato, pero que lo relevante es observar la evolución en el mediano plazo. De hecho, aunque el repunte del 30,2% en volumen en junio puede resultar alentador, se debe considerar que se produjo una caída del 4,5% en comparación con mayo (cuando se exportaron 166.026 hectolitros).
Y, de hecho, en el acumulado de enero a junio, las ventas al exterior de vinos registraron una disminución de 2,7% con respecto al mismo período de 2024. El vino fraccionado retrocedió 2,8% y el granel 2,4%. En cambio, el mosto concentrado fue el único rubro que mostró una mejora sostenida, con un alza del 10,4% en volumen.
Los vinos genéricos han tenido una variación positiva del 6,5% en el primer semestre, mientras que los varietales cayeron un 3,7% (y representan el 86,8% del total). El espumoso también tuvo una baja, del 6,1% en hectolitros. Cuando se toma como referencia el color, los blancos han crecido un 7,1% -para alcanzar el 16,2% del total- y los tintos, disminuido un 4,4%.
Un dato relevante es que en el acumulado de enero a junio de 2024 ya se había producido una caída del 2,3% en las exportaciones de vino, con respecto a 2023, de manera que la de 2025 es una disminución sobre valores que ya se habían reducido.
Al tomar el valor FOB total de las exportaciones de vinos argentinos en el primer semestre de 2025, la disminución es del 2,1%, con una merma del 2% en los fraccionados y del 3,7% en los graneles. Sin embargo, la baja responde a la reducción del volumen, ya que el precio promedio total del litro de vino se mantuvo estable, con un leve incremento del 0,6%.
En cambio, el mosto concentrado, si bien tuvo un crecimiento en las ventas al exterior en toneladas del 10,4% en el primer semestre, registró una caída en el precio promedio de 8,1%, por lo que el valor FOB apenas creció un 1,4%.
Pérdida de competitividad
El presidente de la Asociación de Cooperativas Vitivinícolas Argentinas (Acovi), Fabián Ruggeri, comentó que el sector tuvo un 2023 y un primer semestre de 2024 con caídas importantes en las ventas tanto en mercado externo como interno.
Sumó que en la segunda mitad del año pasado hubo una pequeña recuperación del mercado local, que se sostuvo en el primer trimestre de 2025, pero que no ha sucedido lo mismo con las exportaciones. Por otra parte, señaló que las ventas en el país, si bien no cayeron en el segundo trimestre de 2025, se estancaron; es decir, dejaron de mostrar una tendencia positiva.
Ruggeri planteó que, con la caída sostenida en el mercado externo, ha habido un vuelco masivo al mercado interno de vinos que se exportaban, lo que hace que las marcas que iban al exterior compitan con precio con las habituales en las góndolas locales. Esto implica que, aunque las ventas están sostenidas, ha habido una baja del valor de venta, que implica una pérdida de rentabilidad para las bodegas.
Analizó que el problema reside en la competitividad y que hay dos situaciones. Las marcas que tienen un precio más elevado y exportan un volumen más acotado siguen vendiendo, aunque tal vez hayan tenido una leve disminución de mercado.
La mayor dificultad la tienen los vinos con un precio promedio de venta de 2,80 a 3 dólares por litro, que son los de mayor volumen de exportación. En este segmento, detalló, están sufriendo más el impacto en el aumento de costos: de la botella, la etiqueta, los separadores, los contenedores, la logística, la energía, el combustible. También de los sueldos, que, si bien reconoció que la gente no nota un aumento de su poder adquisitivo, se han duplicado en dólares.
A esto se suman los aranceles que hay que pagar en el mundo. “Desde Cancillería, este año no se ha hecho absolutamente nada en este sentido, pese a que el Gobierno apuntaba fuertemente a las exportaciones. Seguimos pagando aranceles que van del 15% al 35% de la facturación”, resaltó. Esto, mientras que Chile, principal competidor de Argentina, tiene arancel cero en la mayoría de los mercados y un costo logístico mucho menor.
Ruggeri planteó que los productos de las economías regionales han dejado de ser exportables y sólo lo siguen siendo los commodities. En cuanto a qué puede mejorar este panorama, evaluó que el dólar no es malo, pero no es competitivo para exportar, porque los costos aumentaron mucho. Consideró que será cuestión de que el Gobierno avance en las reformas impositiva, fiscal y laboral; por lo que no avizoró una mejora inmediata.