Mecanización en el agro: novedades e innovaciones para producir más

La poda y la cosecha mecanizada son las que más difundidas están dentro del campo mendocino. Qué cultivos son más permeables, qué otras tendencias se destacan y qué precios se manejan.

No es sencillo para las empresas argentinas adquirir máquinas cosechadoras, tractores o implementos similares. La falta de crédito y precios que arrancan en los 25.000 dólares y pueden alcanzar los 350.000 en función del tipo de maquinaria, ponen barreras altas a la actualización en el campo y en la agroindustria en general. Sin embargo, la mecanización en los procesos es una realidad que no solo alcanza a cada vez más cultivos sino que es casi una obligación para muchos debido a que –de lo contrario- caen los márgenes de rentabilidad. La cosecha o poda mecánica y la utilización de la Inteligencia Artificial (IA) son herramientas que se ven de manera cada vez más asidua entre viñedos.

La tendencia hacia la mecanización y la utilización de softwares específicos, drones, robots y máquinas de diverso tipo también ha llegado al campo y a los viñedos. Así, pese al contexto económico complejo, la agricultura moderna tiende a cada vez mayor automatización debido a que, tarde o temprano, contribuye a bajar costos entre otras prestaciones. En lo que a cosecha respecta, por otra parte, las inclemencias climáticas y la dificultad que implica el trabajo en el campo obligan a los diferentes cultivos a adaptarse a la mecanización. No se trata, no obstante, solo de comprar o alquilar una maquinaria sino que es preciso evaluar distintos aspectos para aprovechar al máximo las prestaciones.  

De este modo, la tecnología permite eficientizar procesos y desentenderse de parte del factor humano que suele complicar a los cultivos por la escasez y porque la dureza del trabajo en el campo expulsa a cada vez más personas de estos contextos. El mercado es amplio y en Argentina hay diversas máquinas de producción nacional así como opciones de alquiler o compra de usados. Desde la empresa mendocina Agrocosecha, Soluciones Tecnológicas para el Agro, explicaron que existe una gran variedad de opciones disponibles en el mercado por lo que es clave la investigación así como el análisis pormenorizado de diversas variables antes de realizar la compra de una maquinaria agrícola.   

Como una muestra de las innovaciones aplicadas a las máquinas del campo, la semana pasada cerró Sitevinitech en Mendoza, la feria en donde se presentaron diversas innovaciones relacionadas con la vitivinicultura y el agro en general. Los expositores y organizadores destacaron el crecimiento en la cantidad de maquinaria que trabaja con IA, sensores especiales y monitoreo remoto. Por ejemplo, desde la empresa Agromaq Virdó explicaron que se presentó un portal digital de telemetría que trabaja sobre la predicción de las maquinas. “Toda la maquinaria está conectada a un GPS que permite detectar una falla a futuro, informar al cliente y enviar el service con antelación”, contó  Martín Sánchez, CEO de la empresa.

Ideal para la aceituna

A diferencia de las máquinas cosechadoras móviles que se ven en la región núcleo del campo argentino, en Mendoza los cultivos predominantes tienen características diferentes. Por este motivo, no todos admiten levantar los frutos de manera totalmente mecánica aunque cada vez se usa más la opción intermedia. Es decir, recoger los cultivos con métodos mixtos entre el típico trabajo artesanal y la ayuda mecánica que se pueda implementar. Todo dependerá no solo del tipo de plantación sino también de la antigüedad, variedad y otras cuestiones a tener en cuenta como para qué se va a usar dicha cosecha.

Facundo Calderón, ingeniero agrónomo del INTA Experimental Junín, señaló que la cosecha mecanizada está muy evolucionada en todo el mundo en cultivos como el olivo. Aquí se utilizan las cosechadoras New Holand que van por arriba del olivar y, para los árboles muy grandes, están los modelos Colossus. En líneas generales, este tipo de maquinaria tiene un precio mínimo para los modelos usados de U$S40.000. Como por su tamaño algunas no se pueden trasladar entre una finca y otra, las empresas deben pensar muy bien la compra. En este sentido, desde Agrocosecha recomendaron elegir la maquinaria que se adapte al tamaño de la explotación agrícola así como evaluar la innovación tecnológica que viene con ella.

Es que si bien la cosecha mecánica es cada vez más una apuesta a la supervivencia debido a la dificultad existente para contratar mano de obra, lo cierto es que son las empresas grandes o las que poseen fábrica de aceite de oliva las que pueden comprar o alquilar este tipo de maquinarias. En este marco, y según relató Calderón, una de las opciones más difundidas son las vibradoras para cosechar aceitunas, pero este tipo de maquinaria depende del tipo de finca y de árbol. Del mismo modo, también hay que tener en cuenta el destino de la aceituna ya que, al caer, la fruta se puede dañar.

No obstante, la cosecha mecanizada es bastante versátil para la aceituna ya que permite cortar el fruto de los espalderos de olivo, paredes vegetales y diversos tipos de cultivos. “Algo que también se utiliza mucho son las ayudas semimecanizadas”, destacó el especialista del INTA. Se trata, en este caso, de los llamados peines mecánicos que se utilizan con brazos extensores para evitar el uso de las escaleras y disminuir tanto los costos como los riesgos laborales. Con relación a la poda, también es posible hacerla de manera mecánica pero no quita el trabajo artesanal que las máquinas no discriminan qué hay que cortar.  

Qué pasa con la uva y la fruta

La versatilidad que la cosecha mecánica tiene con la aceituna es más variable con las frutas y las uvas. Por el momento, por ejemplo, para los durazneros la respuesta no fue buena debido a que la poda mecánica deja mucha rama sin cortar. Algo que afecta a las plantaciones debido a que estos frutales son muy sensibles a la falta de luz.  “Todo va a depender, sin embargo, del destino de la fruta”, destacó el especialista del INTA. Es que si se llevan a desecar tal vez no sea tan importante el daño  de la ciruela o el durazno que si utilizaran para consumo en fresco. Tanto en el durazno como en otros frutales los productores evalúan alternativas así como sopesan firmemente las opciones debido a los costos que hay en juego.

Por último, con relación a la industria insignia de Mendoza, la cosecha mecanizada avanza a paso firme. Sin embargo, la salvedad es la misma que para el resto de los cultivos y no todas las variedades admiten su utilización. “Hoy se hacen vinos que ganan premios con uvas cosechadas mecánicamente”, sostuvo Calderón quien agregó que en la vitivinicultura es más común la poda que la cosecha mecanizada. De todas maneras, para la implementación de este tipo de maquinaria, hay que tener en cuenta el ancho de los callejones y la posibilidad de giro. También que el espaldero esté firme para que no sea dañado por los movimientos de la máquina. 

A media máquina

La mecanización en el agro local es una realidad que se vuelve lenta por la falta de acceso al crédito.

No es sencillo para las empresas argentinas adquirir máquinas cosechadoras, tractores o implementos similares. La falta de crédito y precios que arrancan en los 25.000 dólares y pueden alcanzar los 350.000 en función del tipo de maquinaria, ponen barreras altas a la actualización en el campo y en la agroindustria en general. Sin embargo, la mecanización en los procesos es una realidad que no solo alcanza a cada vez más cultivos sino que es casi una obligación para muchos debido a que –de lo contrario- caen los márgenes de rentabilidad. La cosecha o poda mecánica y la utilización de la Inteligencia Artificial (IA) son herramientas que se ven de manera cada vez más asidua entre viñedos.

La tendencia hacia la mecanización y la utilización de softwares específicos, drones, robots y máquinas de diverso tipo también ha llegado al campo y a los viñedos. Así, pese al contexto económico complejo, la agricultura moderna tiende a cada vez mayor automatización debido a que, tarde o temprano, contribuye a bajar costos entre otras prestaciones. En lo que a cosecha respecta, por otra parte, las inclemencias climáticas y la dificultad que implica el trabajo en el campo obligan a los diferentes cultivos a adaptarse a la mecanización. No se trata, no obstante, solo de comprar o alquilar una maquinaria sino que es preciso evaluar distintos aspectos para aprovechar al máximo las prestaciones. 

Aceitunas a la vanguardia

Los olivos son unas de las plantaciones locales que mejor admiten la cosecha mecanizada.

Facundo Calderón, ingeniero agrónomo del INTA Experimental Junín, señaló que la cosecha mecanizada está muy evolucionada en todo el mundo en cultivos como el olivo. Aquí se utilizan las cosechadoras New Holand que van por arriba del olivar y, para los árboles muy grandes, están los modelos Colossus. En líneas generales, este tipo de maquinaria tiene un precio mínimo para los modelos usados de U$S40.000. Como por su tamaño algunas no se pueden trasladar entre una finca y otra, las empresas deben pensar muy bien la compra. En este sentido, desde Agrocosecha recomendaron elegir la maquinaria que se adapte al tamaño de la explotación agrícola así como evaluar la innovación tecnológica que viene con ella.

Es que si bien la cosecha mecánica es cada vez más una apuesta a la supervivencia debido a la dificultad existente para contratar mano de obra, lo cierto es que son las empresas grandes o las que poseen fábrica de aceite de oliva las que pueden comprar o alquilar este tipo de maquinarias. En este marco, y según relató Calderón, una de las opciones más difundidas son las vibradoras para cosechar aceitunas, pero este tipo de maquinaria depende del tipo de finca y de árbol. Del mismo modo, también hay que tener en cuenta el destino de la aceituna ya que, al caer, la fruta se puede dañar.

Despegue lento de uva y otras frutas

La cosecha y la poda mecánica debe ser bien analizada para viñedos, duraznos y ciruelos.

La versatilidad que la cosecha mecánica tiene con la aceituna es más variable con las frutas y las uvas. Por el momento, por ejemplo, para los durazneros la respuesta no fue buena debido a que la poda mecánica deja mucha rama sin cortar. Algo que afecta a las plantaciones debido a que estos frutales son muy sensibles a la falta de luz.  “Todo va a depender, sin embargo, del destino de la fruta”, destacó el especialista del INTA. Es que si se llevan a desecar tal vez no sea tan importante el daño  de la ciruela o el durazno que si utilizaran para consumo en fresco. Tanto en el durazno como en otros frutales los productores evalúan alternativas así como sopesan firmemente las opciones debido a los costos que hay en juego.

Por último, con relación a la industria insignia de Mendoza, la cosecha mecanizada avanza a paso firme. Sin embargo, la salvedad es la misma que para el resto de los cultivos y no todas las variedades admiten su utilización. “Hoy se hacen vinos que ganan premios con uvas cosechadas mecánicamente”, sostuvo Calderón quien agregó que en la vitivinicultura es más común la poda que la cosecha mecanizada. De todas maneras, para la implementación de este tipo de maquinaria, hay que tener en cuenta el ancho de los callejones y la posibilidad de giro. También que el espaldero esté firme para que no sea dañado por los movimientos de la máquina.