Minería: las empresas calientan motores

Aunque en Mendoza la minería recién comienza una tímida etapa exploratoria y hay reservas sobre el futuro para la explotación, nadie quiere quedarse afuera. Capacitaciones y certificaciones están a la orden del día.

La minería en Mendoza ya no parece ser mala palabra. La actual gestión parece haber logrado el objetivo de quitarle el mote en función de una estrategia que apunta a mantener la ley 7722. Aunque la mayoría de los sectores empresarios celebran el nuevo impulso enfocado en los proyectos de exploración de cobre, muchos tienen desconfianza de los resultados futuros. Es que existen distintas variables en juego que tienen que ver, en primer lugar con las características de largo plazo que posee la actividad. Pese a esto y en medio de la fuerte recesión en ciernes, las empresas buscan estar listas para cuando lleguen las inversiones de exploración, bastante más modestas que las de explotación.

Desde la Cámara de Servicios Mineros de Mendoza (Camsem), por ejemplo, han realizado diversos cursos de capacitación tanto en Mendoza como en Malargüe. Entre ellos, se destacan las formaciones específicas para perforistas y laboratorios mineros, entre otras posiciones que se requieren y tienen buena paga. El presidente de esta entidad formada por 38 empresas y 10 en trámite de inscripción, Carlos Ferrer, explicó que son tareas muy específicas de la actividad y que es muy importante que las empresas pulan su expertise en los distintos temas. Esto porque la minería se maneja con estándares de precisión y porque el renovado interés exploratorio es una salida para las pymes en una provincia donde, según Ferrer, la matriz productiva está fundida hace rato.

Juan pablo Solís, dirigente de la Asociación de Empresarios Metalúrgicos de Mendoza (Asinmet), destacó que las empresas del sector se preparan para ser parte de las inversiones que traerá este plan de exploración. “Entendemos que es una parte pequeña, pero que puede ser motor para el desarrollo de otras etapas del proyecto minero”, dijo Solís. En este marco, tanto desde la Asociación como de manera particular, las pymes capacitan a su personal y buscan certificar normas de calidad de sus procesos productivos. También realizan inversiones o buscan adecuar las empresas en función de los estándares del sector y porque ya se pueden inscribir en las plataformas donde están los proyectos con sus requisitos específicos.

“Hoy las empresas están en eso ya que hay una información que se acumula para ser posibles proveedores no solo de la exploración local sino de proyectos de explotación en otras partes del país”, detalló Solís. Esto porque los empresarios que podrían recibir el tan mentado derrame de la minería tienen claro que lo que los procesos de exploración emplean pocos recursos en comparación con la explotación. Además, con suerte esta etapa lleva entre 3 y 5 años por lo que, en una proyección muy optimista, habría que pensar en 6 o 7 años para ver alguno de los proyectos convertidos en mina. Según explicó Raúl Rodríguez, presidente de la Cámara de Empresarios Mineros de Mendoza (Camem), por las características de la actividad en el mundo, de todo lo que se explora solo un mínimo porcentaje llega a ver la luz.

Las dudas

Más allá de que el sector empresario avala y apoya el nuevo impulso a favor de la minería de cobre, lo cierto es que todavía hay dudas sobre cómo funcionará el experimento. Es que al tratarse de proyectos millonarios y de alto riesgo, la seguridad jurídica –además de la macroeconomía, los costos y la inflación- es clave para las decisiones de inversión. Así, hay quienes creen que con la promoción oficial –que incluye el distrito minero de Malargüe y el parque industrial Pata Mora- no se podrá ir mucho más allá de las propuestas de exploración en danza. Entre estas se destaca Cerro Amarillo, El Burrero, Las Choicas y La Adriana. “Esperamos que esto salga bien ya que hay varios proyectos viabilizados”, apuntó Carlos Ferrer.

Sin embargo, desde esta cámara se han planteado objeciones al plan del Gobierno actual que desde su mirada podrían desalentar las inversiones en el sector. La primera tiene que ver con que se ha “vendido” la idea de que se puede hacer minería sin tocar la 7722, algo que ellos ponen en duda. No tanto por la utilización o no de sustancias contaminantes sino sobre todo porque de resultar positivo algún proyecto, deberá hacer aprobar su Declaración de Impacto Ambiental (DIA) en la Legislatura, con la incertidumbre que eso implica. “Las empresas mineras se fijan a 30 años vista por el riesgo económico y el largo aliento de la actividad, por lo que esta situación no daría seguridad”, apuntó Ferrer.  Desde su punto de vista, es clave desarrollar una minería sustentable desde lo ambiental y lo económico y con las reglas actuales de juego, parece un punto difícil. Por otra parte, el recientemente modificado Código de Procedimientos Mineros tampoco deja a Mendoza en el mejor de los mundos.

Esto porque si bien podría acelerar algunos tiempos, quita transparencia a una actividad que de lo que más precisa es de claridad y cumplimiento de normas. Es que la creación de la estatal Impulsa Mendoza como juez y parte termina por dejar un sabor amargo al sector privado que no ve claro cómo se harán los controles y qué papel jugará realmente la Provincia. “El ejemplo más claro es lo sucedido con Potasio Río Colorado en donde, después de 7 años y de invertir no se sabe cuánto para buscar inversores internacionales no encontraron a nadie y tuvieron que dárselo a una figurita repetida de la provincia”, sostuvo Ferrer. La alusión es porque la empresa que se quedó con PRC –Minera Aguilar SA_ pertenece a José Luis Manzano. “Si no hay transparencia, la gente no va a creer en la minería y se va a volver todo para atrás”, comentó Ferrer.

Qué pasa con el consenso social

En este marco, lo cierto es que parece haber cierta mejora del consenso social con relación a la minería. Para Ferrer puede tener que ver con la pobreza que atraviesa el país y la provincia, algo que no debería ser así  ya que Mendoza tiene tres veces el potencial de San Juan debajo de la tierra. En una línea similar, Raúl Rodríguez expresó que sin tener encuestas, su percepción es que el consenso social está mucho mejor que en 2019. Coincidió en que esa situación es multicausal en donde la situación económica, el desempleo y el cambio de aire político a nivel nacional juegan a favor de esta nueva aceptación.

Los dirigentes coincidieron en que todavía falta para lograr la aprobación deseada a nivel social y que es preciso continuar con los trabajos de comunicación. Entre los puntos a destacar es que la minería eleva los estándares de muchas empresas por lo que el sector privado también deberá acomodarse a los salarios y exigencias de estas empresas internacionales. “ES importante también mostrar los fideicomisos de empresas mineras en San Juan para impermeabilizar el recurso hídrico”, por ejemplo.

En este caso, el consenso social debe continuar de la mano de la creación de transparencia y de mostrar los avances reales y sustentables que podrían hacerse con la plata de la minería. Aunque hay esperanza y luz verde, no todo va sobre rieles y faltan operaciones concretas así como respuestas e integración de voces disidentes que hoy podrían sumar a una mejor versión del proyecto minero actual.

Minería: las empresas se preparan

Pese a que la exploración no requiere tantos recursos, las firmas se capacitan.

 Desde la Cámara de Servicios Mineros de Mendoza (Camsem), por ejemplo, han realizado diversos cursos de capacitación tanto en Mendoza como en Malargüe. Entre ellos, se destacan las formaciones específicas para perforistas y laboratorios mineros, entre otras posiciones que se requieren y tienen buena paga. El presidente de esta entidad formada por 38 empresas y 10 en trámite de inscripción, Carlos Ferrer, explicó que son tareas muy específicas de la actividad y que es muy importante que las empresas pulan su expertise en los distintos temas. Esto porque la minería se maneja con estándares de precisión y porque el renovado interés exploratorio es una salida para las pymes en una provincia donde, según Ferrer, la matriz productiva está fundida hace rato.

Juan pablo Solís, dirigente de la Asociación de Empresarios Metalúrgicos de Mendoza (Asinmet), destacó que las empresas del sector se preparan para ser parte de las inversiones que traerá este plan de exploración. “Entendemos que es una parte pequeña, pero que puede ser motor para el desarrollo de otras etapas del proyecto minero”, dijo Solís. En este marco, tanto desde la Asociación como de manera particular, las pymes capacitan a su personal y buscan certificar normas de calidad de sus procesos productivos. También realizan inversiones o buscan adecuar las empresas en función de los estándares del sector y porque ya se pueden inscribir en las plataformas donde están los proyectos con sus requisitos específicos.

Más dudas que certezas

Los empresarios celebran la exploración, pero creen que la inseguridad jurídica todavía es grande.

La Cámara de Empresas de Servicios Mineros (Camsem) ha planteado objeciones al plan del Gobierno actual que desde su mirada podrían desalentar las inversiones en el sector. La primera tiene que ver con que se ha “vendido” la idea de que se puede hacer minería sin tocar la 7722, algo que ellos ponen en duda. No tanto por la utilización o no de sustancias contaminantes sino sobre todo porque de resultar positivo algún proyecto, deberá hacer aprobar su Declaración de Impacto Ambiental (DIA) en la Legislatura, con la incertidumbre que eso implica.

“Las empresas mineras se fijan a 30 años vista por el riesgo económico y el largo aliento de la actividad, por lo que esta situación no daría seguridad”, apuntó Ferrer.  Desde su punto de vista, es clave desarrollar una minería sustentable desde lo ambiental y lo económico y con las reglas actuales de juego, parece un punto difícil. Por otra parte, el recientemente modificado Código de Procedimientos Mineros tampoco deja a Mendoza en el mejor de los mundos. Esto porque si bien podría acelerar algunos tiempos, quita transparencia a una actividad que de lo que más precisa es de claridad y cumplimiento de normas. Es que la creación de la estatal Impulsa Mendoza como juez y parte termina por dejar un sabor amargo al sector privado que no ve claro cómo se harán los controles y qué papel jugará realmente la Provincia.

Consenso social no total

La minería parece tener mayor aceptación, pero todavía queda mucho por hacer.

En este marco, lo cierto es que parece haber cierta mejora del consenso social con relación a la minería. Para Ferrer puede tener que ver con la pobreza que atraviesa el país y la provincia, algo que no debería ser así  ya que Mendoza tiene tres veces el potencial de San Juan debajo de la tierra. En una línea similar, Raúl Rodríguez expresó que sin tener encuestas, su percepción es que el consenso social está mucho mejor que en 2019.

Coincidió en que esa situación es multicausal en donde la situación económica, el desempleo y el cambio de aire político a nivel nacional juegan a favor de esta nueva aceptación. Los dirigentes coincidieron en que todavía falta para lograr la aprobación deseada a nivel social y que es preciso continuar con los trabajos de comunicación.