Pymes constructoras, preocupadas por el presupuesto 2025 de obras públicas
Desde la entidad que las nuclea en la provincia plantean que se trata de grandes proyectos, a los que hoy no pueden acceder, y que faltan licitaciones de arquitectura.
En las obras públicas existen dos grandes grupos: las de infraestructura, que requieren de inversiones significativas y se utiliza maquinaria, y las de arquitectura, como la construcción de viviendas, escuelas y hospitales, que demandan inversiones menores (comparativamente) y se hace un uso intensivo de mano de obra. Desde la Cámara de Empresas Constructoras Independientes de Mendoza (Cecim) plantean que, en el presupuesto 2025, se han priorizado las primeras y temen no poder participar en las licitaciones.
Dalmiro Barbeito, presidente de la entidad, explicó que en la pauta de gastos del Gobierno provincial para el año próximo hay mayoría de obras de infraestructura y que los barrios del Instituto Provincial de la Vivienda que se iban a construir no se van a hacer como se planteaba. “Nos preocupa mucho, porque es la construcción de vivienda social que veníamos haciendo”, planteó. Si bien reconoció que aún no está claro cuál va a ser el cambio, tienen la certeza de que se va a modificar la modalidad de trabajo.
También señaló que hay una inversión importante en edificios escolares, que sí sería una oportunidad para las pymes constructoras, pero la mayor cantidad de obras son de gran envergadura y las pequeñas y medianas empresas del sector no podrán ser oferentes.
El titular de la Cecim comentó que han tenido dos reuniones con la subsecretaria de Infraestructura y Desarrollo Territorial de la provincia, María Teresa Badui Núñez, en las que han solicitado que se abra el Racop (Registro de Antecedentes de Constructoras de Obra Pública), para que las empresas mendocinas puedan traspasar capacidad de una especialidad a otra.
Detalló que las constructoras tienen en este registro capacidad para cierto tipo de obras: de arquitectura, saneamiento, vial, hidráulica o eléctrica. Las pymes suelen estar categorizadas en el rubro 100, que corresponde a trabajos de arquitectura y sólo pueden transferir el 5% de esa capacidad de un rubro a otro. El pedido de la cámara apunta a que ese porcentaje sea mayor, para que les permita desarrollar otro tipo de tareas, que están en condiciones de realizar, pero el Racop las restringe.
“Creemos que se viene mucho trabajo, pero necesitamos esa modificación para que las pymes constructoras puedan ser oferentes de las obras que se van a licitar y aportar competitividad, porque de esa manera habría una mayor cantidad de ofertas para cada proyecto”, subrayó Barbeito.
Pocas licitaciones
La inquietud se explica por el hecho de que la gestión provincial se enfocó en 2024 en terminar, a un ritmo bastante ralentizado, las obras que estaban en marcha, y en armar el presupuesto y los pliegos de licitación para 2025. Sin embargo, en lo que va del año hubo muy pocas licitaciones. “Entendemos que van a empezar a hacer llamados a fin de año y principios del que viene. Estamos muy expectantes”, lanzó.
Como contraparte, no tienen expectativas de proyectos que se puedan desarrollar con financiamiento nacional. La gestión pasada dejó de pagar los certificados de obras que estaban en ejecución en todo el país a fines de 2023 -en Mendoza eran pocas, por un tema de afinidad política- y el Gobierno de Javier Milei demoró varios meses en designar autoridades que pudieran firmar la documentación. Pero, sobre todo, planteó que la inversión debe realizarla el sector privado, con un sistema de repago, por lo que no esperan ninguna licitación con fondos de Nación.
Fondos de Portezuelo
Barbeito detalló que la provincia ha anunciado ocho primeras obras con los fondos del resarcimiento nacional por la coparticipación -que se iban a destinar a Portezuelo del Viento-, pero que se trata de grandes desarrollos. Mientras que, en el presupuesto 2025, hay 96 previstas, con un perfil similar.
“Las pymes estamos buscando cómo nos vamos a insertar el año que viene”, manifestó Barbeito y añadió que la construcción está con índices muy deprimidos, que todavía no muestran números positivos, y las empresas se encuentran en recesión.
Y si bien opinan que los fondos del resarcimiento van a generar un repunte de la actividad, lo que consideran que son buenas noticias, también entienden que tienen que seguir trabajando para que se produzca un derrame en todo el sector. En este sentido, plantean que el Gobierno debería tener un plan de obras de arquitectura para invertir esos más de mil millones de dólares.
Obras privadas
Las pymes constructoras tampoco han podido sostenerse con obras privadas, porque los bancos aún no están entregando muchos créditos hipotecarios. Barbeito señaló que sí tienen perspectivas de una reactivación cuando se empiecen a construir metros cuadrados para la clase media. “Si la economía se sigue estabilizando, vemos que puede llegar a haber un repunte, pero para eso también se tiene que recuperar un poco más el salario”, indicó.
El principal motivo de que haya pocos préstamos aprobados es que, con ingresos todavía muy bajos, a los particulares les cuesta mucho cumplir con los requisitos para poder armar la carpeta. “Los sueldos en dólares están en valores históricos muy devaluados”, resaltó. Sin embargo, destacó que los desarrolladores están armando muchos proyectos y que cuando la gente pueda acceder a crédito va a haber un salto en la construcción.