Qué sectores se han visto más afectados por la suba de las tasas

Un informe de la Fundación Mediterránea analiza qué ramas de la economía están peor paradas ante este escenario.

La cercanía de las elecciones, sumado al desarme de las Lefis (Letras Fiscales de Liquidez), hizo que las tasas se dispararan. El acceso a financiamiento, que había permitido que las empresas empezaran a invertir en el gran objetivo en un escenario de baja de inflación -elevar la productividad para ganar competitividad-, se ha limitado. 

El escenario es peor aún para aquellas compañías que se encontraban en una situación financiera comprometida y no destinaban el crédito a inversiones, sino a poder financiar capital de trabajo o que recurren con frecuencia al descubierto bancario. 

Un informe reciente de la UIA (Unión Industrial Argentina), con datos de julio, reveló que el 39,6% de las empresas consultadas tuvo necesidad de un crédito bancario, pero el 42,8% no accedió al monto requerido. 

Esta restricción es mayor en las pequeñas y medianas empresas (todas las grandes lograron financiamiento total o parcial). Las altas tasas de interés y la incertidumbre macroeconómica fueron señaladas como los principales obstáculos.

Los primeros días de agosto, el Ieral (Instituto de Estudios Económicos sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana, de la Fundación Mediterránea) advertía que, de persistir las tasas elevadas es de esperar que se profundice la desaceleración del nivel de actividad. 

Ganadores y perdedores

Un análisis elaborado por Jorge Day, responsable de la sección Regional del Ieral, desglosa cuál será el impacto de este contexto en las economías provinciales. Añade que, además de las tasas, también se elevaron el riesgo país y el dólar, mientras que la inflación se mantiene en valores bajos. 

La variación en el tipo de cambio provoca que se vean desfavorecidos quienes venden en el mercado interno, en especial si requieren de financiamiento, y tengan algo mejor su situación quienes exportan. 

Day detalla que, a partir de julio, con el desarme de las Lefis y el dólar algo más caro, están mejor posicionados el campo (región pampeana), con menores retenciones -pese a que siguen bajos los precios internacionales-, y los exportadores; mientras que están complicados los sectores que dependen del crédito y/o requieren de altas inversiones, como las ventas de autos (y otros bienes durables), el sector inmobiliario, la industria y el comercio. 

Day plantea que, dado que el nivel de crédito bancario en Argentina es bajo (9% del PBI versus el 75% en Chile), el impacto del aumento de las tasas no sería tan significativo para la actividad. Pero resalta que esto implica menos inversiones, en particular de las grandes, como las que se necesitan para los proyectos mineros; aunque el elevado riesgo país ya desalentaba a los inversores previamente. 

¿Situación transitoria o permanente?

Por otra parte, advierte que todo dependerá de si se trata de una situación transitoria o permanente, lo que responderá, en buena medida, del resultado de las próximas elecciones. 

Si el Gobierno gana, detalla, la recuperación lenta de la confianza contribuiría a la reducción de las tasas de interés, pero el dólar bajaría, lo que afectaría a los sectores exportadores y sustitutos de la importación (industria). Como contraparte, una economía más estable favorecería un aumento de la productividad, por acceso a tecnología y equipos. 

En cambio, si los resultados electorales no son favorables al oficialismo, este panorama podría sostenerse y obligar al Gobierno a endurecer sus políticas e impactaría en especial a los sectores vinculados al mercado interno. 

¿Por qué subieron las tasas?

El economista Daniel Garro, de Value International Group, explica que las tasas se elevaron por el esquema esquema monetario y financiero que está implementando el Gobierno. A principios de 2025, precisó, el Banco Central y el Ministerio de Economía advirtieron que iban a ir subiendo los encajes. 

También anticiparon la salida de las Lefi -que reemplazaron a las anteriores Lebac y Leliq- para poder resolver el problema del stock monetario: la cantidad de dinero emitido que dejaron los gobiernos anteriores y, sobre todo, la gestión del ex ministro de Economía, Sergio Massa, con los “planes platita”.

“Resolver eso cuando la demanda de dinero baja, es un problema. El Gobierno cerró todos los grifos de emisión primaria de dinero, pero todavía el sistema financiero genera emisión secundaria y eso es otro problema que tiene que resolver el Gobierno en el mismo momento en que tiene que resolver el problema de stock”, planteó.

Terminar la emisión secundaria

Detalló que esa emisión secundaria –el “último grifo de emisión”- se produce cuando el sistema financiero presta dinero a plazos por encima del cual tiene el depósito. Fundamentalmente, eso se produce con la cuenta corriente, la caja de ahorro, los fondos money market (fondos de inversión), que tienen dinero que el ahorrista puede retirar en cualquier momento, y los bancos lo prestan.

Sumó que se trata de dinero que no es real, porque, para serlo, el depósito debería ser a 90 días y el préstamo por 89, por dar un ejemplo. Cuando el tomador de crédito lo coloca en otro banco, que vuelve a prestar el dinero, se empieza a armar “una bola de nieve”. 

“La idea del Gobierno es terminar con eso. Por eso han subido tanto los encajes, que están en el 50% para las cuentas a la vista y los fondos money market”, precisó Garro. Indicó que los bancos tienen que gestionar la liquidez sin participación del Estado: si se quedaron sin dinero, tendrán que ir al mercado a buscar, para cumplir con sus depositantes. 

Si bien proceso se está haciendo de modo paulatina, porque si se elevaran al 100% los encajes de estas cuentas, las tasas se elevarían mucho más, se produjo un incremento. A esto se sumaron las elecciones, que generaron volatilidad y que aumentaran aún más (y se sostengan en niveles altos).