Semana movida: fin de retenciones cero, dólar a la baja y qué se espera
El Gobierno logró frenar una escalada del dólar luego de un acuerdo con Estados Unidos. Qué pasará hacia adelante y por qué terminaron las retenciones cero.
La semana termina de una manera muy diferente a la pasada, cuando el viernes 19 de septiembre todo hacía prever lo peor. Distintos analistas allegados al Gobierno comentaron que la gestión se sintió acorralada y que hasta se barajó la idea de instaurar una especie de cepo. Sin embargo, el apoyo explícito del gobierno de Estados Unidos bastó para bajar la volatilidad de la moneda norteamericana, reencausar el Riesgo País y mejorar la posición de los bonos argentinos.
Este hecho con pocos precedentes operó en paralelo y se combinó con un movimiento focalizado para engrosar las reservas del Banco Central como fue la eliminación temporaria de los Derechos de Exportación (DEX) sobre granos y sus derivados así como sobre la carne. La medida fue recibida con júbilo por el sector del Campo lo que, sin embargo, duró poco ya que este jueves desde la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA) anunció que se había completado el cupo. Es decir que ya se habían recaudado los 7.000 millones de dólares que se habían propuesto para engrosar las reservas. La medida, sin embargo, persistirá hasta el 31 de octubre para el sector cárnico.
Esto generó malestar y desconfianza entre los sojeros ya que algunos se quedaron afuera de la posibilidad de liquidar sin retenciones. En medio de la noticia, las posturas planteadas por los analistas eran variadas. Por un lado, se destacaba la presión realizada por Estados Unidos para cerrar la ventana ya que la medida podría atentar contra los sojeros de ese país. Por el otro, se destacaba que el campo argentino había “hecho negocio” y podía darse por satisfecho con la medida.
Reglas poco claras
La quita de las retenciones puso de manifiesto las contradicciones del Gobierno nacional debido a la “desprolijidad” de la medida, según la calificó el politólogo Jorge Liotti. El profesional estuvo en Mendoza en el contexto de un congreso organizado por la Municipalidad de Guaymallén. Allí relató los entretelones de la decisión que logró sacar del pozo al Gobierno y equilibrar las cuentas del BCRA.
Para el economista del Centro de Economía y Finanzas, Nicolás Aroma, la quita de retenciones demostró que lo fiscal no era tan importante para el Gobierno al fin de cuentas. “El monto impositivo resignado es alto por lo que no se trata de tener superávit sino de gastarlo en otras cosas”, observó Aroma. Agregó que el objetivo fue frenar la corrida del dólar y que se trató de un “plan platita”, pero para otro sector de la sociedad.
En este marco, un informe publicado por el Ieral de la Fundación Mediterránea, señaló que por cada dólar declarado, las operaciones de exportación de soja grano o sus derivados implican un costo fiscal considerablemente mayor (de 0,24 o 0,26 centavos) que las de cereales (0,095 centavos). Este dato es relevante al evaluar el impacto en las finanzas públicas una vez que la medida expire.
Sin embargo, el éxito ha radicado –según este análisis- en un fenómeno que no se veía en décadas: la convergencia de los precios internos con los internacionales, al eliminarse las restricciones cuantitativas y los impuestos específicos a la exportación. Esto significa una mejora directa en el resultado económico de las empresas agropecuarias que contaban con stock de granos. Desde el Ieral destacaron que si bien la baja de impuestos fue una «buena noticia» para el sector que permitió un desahogo financiero inmediato, el principal límite a los efectos positivos es su carácter transitorio y poco previsible.
“Este es el punto crítico para el análisis a mediano plazo ya que las decisiones de inversión y planificación en el sector agropecuario son de largo aliento”, puntualizaron desde la Mediterránea. Agregaron que “una medida coyuntural con fecha de vencimiento fija y sin un horizonte de continuidad claro, dificulta la planificación estratégica”. De este modo, a mediano plazo, la incertidumbre generada por la naturaleza temporal de la política puede contrarrestar la confianza inicial
La historia reciente de la política agropecuaria argentina ha demostrado que los stop-and-go fiscales terminan limitando el verdadero potencial productivo y exportador del país. Lo deseable, y el reclamo constante del sector, es avanzar hacia un esquema de reducción y eventual eliminación definitiva de las retenciones. Solo un cambio estructural y permanente facilitará la planificación a largo plazo, consolidará la confianza de los inversores y permitirá que los beneficios de mejores precios se traduzcan en un crecimiento sostenido para toda la cadena de valor agroindustrial.
Con la mirada en octubre
A cuatro semanas del 26 de octubre, el politólogo Jorge Liotti planteó tres escenarios políticos posibles. Uno en el que el Gobierno gana por goleada, otro en el que lo hace de manera ajustada y un tercero en el que pierde. Desde la visión del profesional, en la actualidad la alternativa posible es la segunda en la que la gestión del presidente Javier Milei deberá salir a conversar y a realizar acuerdos para seguir adelante. Hay que tener en cuenta que el resultado de las elecciones bonaerenses fuer, según el politólogo, consecuencia de la falta de diálogo tanto con los gobernadores como con los sectores “blandos” de la oposición.
Si el pronóstico se cumple y con vistas a dos años más de Gobierno y una futura reelección, el Gobierno tendrá que hacer concesiones con relación a la obra pública, la coparticipación y temas clave como jubilaciones y discapacidad. “El presidente tendrá que moderarse para mantener el voto de los que sectores blandos que son los mayoritarios”, subrayó Liotti. En este marco, el principal desafío del Gobierno será lograr que los desencantados que habían dejado de acudir a las urnas, vayan a votar por el oficialismo el domingo 26.
Desde el punto de vista del economista Nicolás Aroma, si bien ha sido importante la estabilización cambiaria; esta tendrá costos altos en el futuro. Más allá de los compromisos que esto pueda generar en el futuro, el pacto por sí mismo no mejorará la alicaída economía real. “Si no se implementan políticas que vayan más allá del ajuste o del superávit fiscal, la baja de la inflación seguirá siendo a costa de la recesión”, observó Aroma. En este sentido, pase lo que pase en octubre, la clave será reactivar la economía que se planchó en abril y continuó con preocupantes signos de caída.